The Basic Principles Of dudas sentimentales
The Basic Principles Of dudas sentimentales
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Había una vez, en las afueras de un pueblo, un árbol enorme y hermoso que vivía regalando a los que se acercaban el frescor de su sombra, el aroma de sus flores y el increíble canto de los pájaros que anidaban en sus ramas.
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Pero otra cosa sucede con el amor nuestro de cada día. El amor que verdaderamente somos capaces de sentir y el que esperamos que otros puedan sentir por nosotros. Para bien y para mal, ese amor no es ningún sentimiento sublime e ilimitado.
Este apoyo incondicional, especialmente en momentos de crisis o incertidumbre, es un claro indicativo de amor verdadero.
No somos nosotros los que debemos cambiar para encajar con nuestra pareja, no es uno mismo quien está obligado a caber en cada expectativa, a callar cada ofensa, a cerrar los ojos a cada desilusión. En el caso de que la relación suponga angustia, lo mejor es dejarla ir.
Girona argumenta que el amor verdadero "implica buscar la satisfacción del otro, estableciendo así una premisa esencial de reciprocidad y compromiso mutuo".
Según John Gottman, un renombrado psicóemblem en relaciones, “el amor verdadero es una admiración profunda y respeto por la pareja que se manifiesta a largo plazo”
Para amar sin dependencia ni necesidad, hace falta valorarnos a nosotros mismos primero. Por tanto, no olvidemos lo siguiente, para decir “te quiero” primero debes get more info saber decir “me quiero”. El amor propio y el conocimiento de uno mismo son las claves para generar relaciones saludables.
No obstante se trata de un camino de ida y vuelta: si deseas emparejarte con una persona sana has de sanarte primero. Así podréis construir el verdadero amor a diario a partir de pequeños actos de admiración, apoyo y respeto.
La paciencia es clave en el amor verdadero. Reconocer que cada persona tiene sus tiempos, procesos y momentos de vulnerabilidad contribuye a construir una relación sólida y duradera.
Relacionarse desde la necesidad y la carencia conduce a relaciones tóxicas en las que cargamos al otro con la responsabilidad de hacernos felices. De este modo perdemos todo nuestro poder individual y el control sobre nuestros estados de ánimo.
La capacidad de influir positivamente en la vida del otro y la existencia de proyectos compartidos fortalecen la relación. El apoyo mutuo en la consecución de metas y sueños enriquece el amor verdadero.
«Romeo y Julieta» de William Shakespeare: Esta obra es quizás la representación más icónica del amor romántico en la literatura. Shakespeare explora la intensidad del amor joven y apasionado, mostrando cómo Romeo y Julieta luchan contra las barreras sociales por su amor, lo que finalmente lleva a un trágico ultimate. Su amor se ha convertido en un símbolo del amor verdadero y sacrificado.
Sabemos que no nos vale cualquiera, y que en este arte del querer hay que tener cabeza para no nutrirnos solo de decepciones. Todos ansiamos de algún modo un amor verdadero. Saber qué lo determine es sin duda un primer paso.